Padres como Entrenadores de Vida: Educar con Amor y Firmeza
El pasado 6 de noviembre a las 19:15, el Instituto de Educación Secundaria Azuer inauguró su nuevo curso escolar de la Escuela de Padres con una conferencia magistral a cargo del profesor D. José Jiménez, titulada «El amor a los hijos, ternura, flexibilidad y firmeza». La presentación estuvo a cargo del director del centro, D. Jesús Villegas, quien destacó la dedicación y compromiso del profesor Jiménez hacia la comunidad educativa, expresando su afecto y reconocimiento hacia su colega.
Durante la charla, José Jiménez abordó los pilares de la educación familiar desde un enfoque humano y reflexivo, describiéndola como un «reto personal» que exige pensar sobre el impacto y las responsabilidades de los padres en el crecimiento emocional y social de sus hijos. Dividió su exposición en cuatro bloques fundamentales: primero el punto de partida como padres, y posteriormente ternura, flexibilidad y firmeza, valores esenciales que, según él, contribuyen a formar niños seguros y resilientes.
La ternura, explicó, implica la presencia y apoyo incondicional de los padres en los momentos de necesidad, ofreciendo un acompañamiento afectivo que genera seguridad en los hijos. A su vez, la flexibilidad se asocia a la capacidad de negociar y alcanzar acuerdos justos, enseñando a los niños a negociar, dialogar y resolver conflictos mediante la empatía. Por último, subrayó la importancia de la firmeza, que requiere establecer límites claros y coherentes para que los hijos comprendan la disciplina y el respeto.
Jiménez compartió que uno de los desafíos actuales para los padres es aprender a gestionar el tiempo y no sustituir su presencia por bienes materiales. Advirtió sobre el riesgo de crear «huérfanos emocionales», niños que, aunque materialmente no carezcan de nada, no pasan tiempo suficiente con sus padres. Reflexionó sobre la importancia de preparar a los hijos para enfrentar la vida real, entendiendo que tanto el esfuerzo como el sacrificio forman parte imprescindible del desarrollo personal.
Además, el profesor resaltó la importancia de enseñar a los hijos a lidiar con el fracaso y la frustración desde pequeños, algo que considera fundamental para su crecimiento emocional. Como ejemplo, sugirió a los padres fomentar pequeñas responsabilidades, estableciendo contratos familiares escritos donde ambas partes asuman compromisos claros con derechos y obligaciones, lo cual ayuda a los niños a entender el valor de sus actos y sus consecuencias.
Un aspecto importante de la conferencia fue la advertencia contra el riesgo de querer ser «mejor amigo» de los hijos, ya que, en su opinión, esto deja al niño sin los «padres» y la orientación que representa el rol parental. Según el profesor, los padres deben ser entrenadores diarios, brindando apoyo sin resolver todos los problemas de sus hijos, permitiendo que ellos mismos desarrollen habilidades de afrontamiento de consecuencias de sus actos.
El ponente también hizo hincapié en que los padres deben ayudar a los hijos a identificar sus intereses y aptitudes para que, en el futuro, puedan elegir un trabajo que verdaderamente les apasione. “Trabaja en algo que te gusta, para no trabajar nunca”, afirmó Jiménez, resaltando la importancia de que los hijos encuentren su vocación como una vía para ser felices y estar motivados en su vida profesional.
La conferencia concluyó con una llamada a la firmeza: ayudar a los hijos a distinguir lo justo de lo injusto y guiarles para desarrollar su potencial fuera de su zona de confort. A modo de metáfora, Jiménez comparó el papel de los padres con el de un agricultor que (pone un tutor a cada árbol sembrado) guía el crecimiento de una planta, corrigiendo su curso cuando es necesario para que crezca fuerte, equilibrada e independiente.
La exposición fue recibida con gran interés por el público asistente, que pudo llevarse ideas y herramientas prácticas para la compleja, pero gratificante, tarea de ser padres.